No tenemos título o Qatar no existe
No tenemos título o Qatar no existe es una experiencia escénica que documenta, desde la mirada espectacular del circo, parte del encuentro que tuvo en Tárrega la trapecista Leire Mesa con algunos colectivos en resistencia de la localidad y personas de diversos orígenes, habilidades, géneros y realidades. Juntas y juntos reflexionan sobre los conceptos poder y resistencia en relación a la construcción de la identidad, la ética del trabajo, los afectos y los cuerpos que produce esta sociedad globalizada.
El trapecio se resignifica en No tenemos título como espacio público, político y promiscuo, donde cualquiera puede ejercer su voz.
En este elemento circense toma vuelo la palabra, con el mismo riesgo y peligro al que se exponen los cuerpos del circo.
Teníamos un título para este proyecto, Qatar no existe.
“… pero ya no lo tenemos, al igual que algunos tenían trabajo, casa, un cuerpo sano, un nombre y ya no lo tienen. ”
Qatar fue la esperanza para restituir una fábrica en quiebra y devolver a sus trabajadores el trabajo. Este país podía haber comprado la fábrica más importante de Tárrega, Indox, pero no lo hizo. No quisimos antes de que dieran una respuesta favorable o no, herir la sensibilidad de nadie enunciando desde el título de una pieza escénica y circense que Qatar no existe. Así respetamos la sensibilidad de todos y la de nosotras mismas. Pero no abandonamos el contenido de lo que la figura de Qatar representa como país más rico del mundo, donde no existen los sindicatos para los trabajadores, no hay inspecciones laborales y hay muchas trabas jurídicas para que los empleados denuncien injusticias.
Ahora recuperamos el título en este texto explicativo de lo que fue el devenir del proyecto; como Jordi búlgaro de origen recupera su verdadero nombre, Goran, en No tenemos título.
No os vamos a aburrir en la pieza con disquisiciones políticas y económicas, pero ya podemos mencionar desde el circo y una poética fragmentada con tintes de documental, que en la fábrica J. Trepat Qatar no existe; pero existe en el deseo de todos aquellos que perdieron la fe en el paraíso prometido de los dioses.
Qatar está lejos de nuestra renta per cápita pero está en las postales, en Wikipedia, en el mundial 2022, en las promesas de prosperidad.